El Lenguaje – ¿Cómo se enseña?

El Lenguaje es la herramienta que Dios nos dio para comunicarnos; para manifestar lo que sentimos y pensamos. Saber usar esta herramienta es saber hablar, leer y escribir bien.

En la educación de un niño el lenguaje es el fundamento sobre el cual se construirá el resto de su aprendizaje, porque si el niño puede:

  • hablar y se le entiende, habrá aprendido a desifrar uno de los códigos más complejos. Ahora puede entender su entorno y comunicarse.
  • leer sin dificultad, podrá absorber los datos de los diferentes temas sin problema alguno.
  • escribir con facilidad podrá expresar el dominio que va adquiriendo en los diferentes temas.

En sus primeros 10 años es cuando el niño absorbe con mayor facilidad los conceptos básicos del lenguaje. Por lo tanto, si el niño lo aprende bien, avanzará con menor dificultad a conceptos más complejos.

¿CÓMO ENSEÑARLO?

Hablar, es “fácil” de enseñar, ya que prácticamente se aprende solo. No se requiere un método en especial, sino que el niño aprende escuchando a otros e imitando los sonidos.

Leer y escribir es más complejo. En general, procuramos apoyarnos en un currículum o método para guiarnos en este proceso de enseñanza. Sin embargo, más allá de contar con un método se requiere inspirar al niño. Esto es, lograr que disfrute y por lo tanto escoga leer y escribir.

¿CÓMO SE INSPIRA AL NIÑO?

Primeramente, la persona que está interesada en que el niño desarrolle el área del Lenguaje debe ser un ejemplo vivo a seguir. Debe tomar la iniciativa de hacer el arduo trabajo de educarse para que el niño al ver su esfuerzo y entusiasmo quiera imitarlo.

Algunas actividades para insprar al niño en su aprendizaje de la lectura y escritura son:

  1. Empieza tú primero. Lee y escribe lo que más puedas, desarrolla gusto por estas cosas y deja que ellos vean que lo disfrutas.
  2. Facilita un ambiente de lectura. Organiza un rincón de lectura en tu casa. Consigue algunos libros apropiados para los niños y déjalos a su alcance, invítalos a que los tomen y los exploren. Define un “tiempo de silencio”, un espacio de tiempo sin interrupciones ni distracciones para que cada miembro de la familia lo dedique a leer o escribir.
  3. Lean juntos como familia. Aparta un tiempo al día en donde todos se sienten a leer un libro, ya sea que uno de los padres lea en voz alta o que cada quién lea un poco. Es muy recomendable la lectura en voz alta para evitar a tiempo errores de pronunciación y desarrollar fluidez.
  4. Preguntas, preguntas. Constantemente haz preguntas sobre lo que leyeron. Por ejemplo: ¿Qué les gusto? ¿Por qué? ¿Qué recuerdan? etc. Al responder estas preguntas aprenderán a comprender lo que leen y por lo tanto querrán aprender más.
  5. Textos en las paredes. Decorar la casa con palabras, frases, textos, etc., así ellos constantemente estarán viendolos y querran saber qué dicen, quién lo dijo, porqué lo dijo, etc. Invítalos a que ellos escriban la frase de la semana. Procura rotarlos con alguna frecuencia.
  6. Cartas y diarios. Anima a tus hijos a que escriban cartas a sus amigos, primos, abuelos, tíos, etc. También escribir un pequeño diario ayuda al niño a registrar actividades o aprendizajes que impactaron su día.

El lenguaje es un regalo maravilloso que Dios nos dio, es a través de éste que nos comunicamos con nuestro prójimo y con Él mismo. Por medio del lenguaje escrito es que tenemos Su Palabra, la Verdad. Por lo anterior es muy importante que los pequeños aprendan a usar muy bien estas herramientas y a disfrutarlas.

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